Los empresarios deben enfrentarse a ciertos retos y hacer frente a dificultades sin importar el tamaño del reto.
Algo de lo que los emprendedores deben estar totalmente seguros es que nadie tiene tanta suerte como para nunca fracasar, sin embargo, se debe saber que también se pueden anticipar a ciertas situaciones para enmendar errores por más insignificantes que parezcan.
Erase una vez un león, se encontraba muy tranquilo en la selva, cuando un mosquito muy grande decidió hacerle la vida imposible.
– “¡No creas que por ser más grande que yo te tengo miedo!”, dijo el mosquito desafiando al león, conocido como el rey de la selva.
Luego de esas palabras, el mosquito ni corto ni perezoso, empezó a zumbar le la cabeza al león volando de un lado a otro, mientras que el león buscaba el mosquito como loco.
El león rugía de la rabia ante el atrevimiento del mosquito y a pesar de sus intentos por matarlo, el mosquito lo picaba en diferentes partes del cuerpo, hasta que el león demasiado cansado se derrumbó en el suelo.
El mosquito sintiéndose victorioso, retomó el camino por donde vino. En poco tiempo el mosquito se tropezó con una tela de araña y vencido se vio también.
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Moraleja
Esta fábula nos enseña que no existen nunca peligros pequeños, ni tropiezos insignificantes. En la vida empresarial, vemos que muchos triunfan, pero no están libres de verse perjudicado en algún otro aspecto. Todos somos vulnerables.
Evidentemente, hay que pensar que es imposible montar un emprendimiento y pensar que se puede controlar cada detalle. Lo mejor que se puede hacer es conocer algunos de los riesgos que se encontrará por el camino y prepararse para enfrentarlos, sin importar el tamaño del reto ( ya sea un león o tela de araña).